El impacto social y medio ambiental de las empresas
Por: Reuters |11 de agosto 2018 , 12:12 a.m.
En los humedales pantanosos del sur de México, autoridades e investigadores están luchando para explicar la muerte de decenas de manatíes, los gruesos mamíferos marinos que alguna vez fueron confundidos con sirenas según las leyendas y los relatos de los marineros y navegantes.


Los pescadores que navegan por las aguas fangosas de la costa del estado Tabasco han descubierto desde mayo al menos 28 manatíes antillanos -también conocidos como vacas marinas- muertos a lo largo del río Bitzal y arroyos cercanos. La causa de las muertes sigue siendo un misterio. Los lugareños informan muertes de peces en el río y culpan a las aguas contaminadas en un área cercana a los proyectos de perforación en tierra y mar operados por la petrolera estatal Pemex, que sostiene que los análisis no muestran contaminación en el área.
Otros científicos se preguntan si las muertes de los animales, que dividen su tiempo entre el océano y los ríos continentales, están relacionadas con cambios más amplios en el clima y el aumento del nivel del mar. "Más allá de la preocupación por la especie, te dice que algo está pasando con el medio ambiente", dijo David Gonzalez-Socoloske, ecólogo de mamíferos tropicales de la Universidad Andrews, una pequeña universidad privada ubicada en Berrien Springs, Estados Unidos.
Al otro lado del Golfo de México, en Florida, 92 manatíes murieron desde enero en un área donde el crecimiento de algas microscópicas ha causado una especie de 'marea roja' dañina, de acuerdo con la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida. Sin embargo, el mismo tipo de algas, que solo crece en el agua de mar, no puede crecer en el agua dulce de Tabasco donde los manatíes han muerto, dijo Ricardo Aguilar, de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), un grupo de defensa de la vida silvestre. "La única relación es que los animales que están muriendo son manatíes", dijo Aguilar.
Antes de la captura, Olivera-Gómez dijo que los científicos usan el sonar para localizar al animal, y luego un grupo de unas 20 personas en botes de madera lo rodean y lo atrapan con grandes redes de pesca. Hasta el momento, los científicos han atrapado a solo dos adultos y una cría.